Víctor Jerez, de profesión estibador, ha vuelto a ser la sensación del recientemente disputado Mutua Madrileña Masters de tenis, aunque no por sus dotes con la raqueta sino con los pinceles, que maneja con destreza en pleno partido.
Mientras Rafa Nadal descarga su potente brazo izquierdo para ganar los últimos puntos al austriaco Dominic Thiem y lograr así su quinto Mutua Madrileña Masters, Víctor Jerez desliza con destreza sus pinceles, en la propia Caja Mágica, a escasos metros de distancia, para culminar los cuadros de la final de un torneo de tenis en el que ha vuelto a ser la sensación por segundo año consecutivo. Pero, al contrario que los deportistas, el artista no tiene apenas tiempo para saborear la gloria porque al día siguiente la obligación le aguarda en el Puerto de Algeciras, donde se gana la vida como estibador.
Durante mucho tiempo, la historia se repitió incontables veces pero justamente al revés. Al finalizar el turno en el puerto, aunque fuera el de noche, Víctor Jerez no se iba a descansar sino al pequeño garaje que convirtió en taller de pintura para dar rienda suelta a su verdadera vocación mientras imaginaba que un día expondría en un museo famoso. Y que mucha gente vería su obra. El alma de pintor atrapada en un cuerpo de estibador ha visto cumplidos los dos sueños pero promete no pararse ahí.
Cosas de perseguir con ahínco una ambición. El niño Víctor ya disfrutaba con los lápices y de jovencito comenzó a “descubrirse poco a poco con ellos”, como afirmaba en una publicación de su Algeciras natal. Allí donde las cosas nunca fueron fáciles. Por eso, su humilde entorno familiar siempre insistió en que dejara la pintura como una mera afición. Lo primero era ganarse la vida con algo estable. Cumplió con creces este precepto con su empleo de estibador, oficio en boca de todos últimamente por la polvareda levantada a causa de su reforma. Pero, para entonces, el artista ya había nacido, ya había ganado concursos de carteles para los carnavales de la ciudad, para la Semana Santa o para eventos tan tradicionales como el arrastre de latas.
A Víctor Jerez todo esto le sabía a poco. Lo delataban hechos como refugiarse en los pinceles inmediatamente después de una jornada laboral. O abandonar precipitadamente una reunión de amigos, en formato de cena o de copas, para irse a pintar. Una mañana, la habitual ojeada a la prensa del día le dio la clave. Los periódicos locales hablaban del gran acontecimiento del verano: las fiestas en Sotogrande, en torno al deporte del polo, donde se concentran grandes fortunas mundiales. Jerez no lo pensó dos veces, cargó con lienzos, pinturas y caballetes y se presentó allí. “Vengo a pintar, a pintar gratis”.
Llamar la atención
El recelo inicial de quienes guardaban las dependencias de la fiesta se transformó en curiosidad. Una noche le permitieron pintar, en directo. Por allí pasaron desde Carlos Jean a George Clooney. Y quedaron retratados junto a anónimos jugadores de polo que ya hablaban de la afición de Víctor Jerez a pintar deportistas. Cuando la fiesta tocaba a su fin, el artista recogía sus bártulos, volvía a casa, se ponía el traje de estibador y daba por buena la excursión, aunque no hubiera tenido fruto.
En realidad, sí lo tuvo. Porque no se fijó en él ningún ricachón coleccionista de arte, ni llamó la atención de las celebrities allí congregadas. Pero sí consiguió llegar a la mesa de trabajo de The Knowmad Hub, uno de los dos pilares de esta historia. Un “lobby de valores”, como ellos mismos se definen, entre los que se encuentran varias personas que se dedican al marketing. “El comité del grupo se reunió para analizar este asunto y la conclusión que sacó es que convertirían a Víctor Jerez en el pintor de los deportistas“.
La idea estaba clara pero no tanto por dónde empezar a desarrollarla. En este punto es donde aparece el otro gran pilar de esta película. El proyecto de The Knowmad Hub tuvo una entusiasta acogida en el Mutua Madrileña Masters, el torneo de tenis más importante de los que se celebran en España, incluido en la selecta serie Masters 1.000. Consistía en que Jerez pintara a todos los ganadores del torneo, desde que se puso en marcha. Teniendo en cuenta que hasta el pasado año iban 15 ediciones y que cuenta con modalidades masculina y femenina, el encargo totalizaba 30 cuadros.
El espaldarazo del Mutua Madrileña Masters
El más entusiasta con esta idea ha sido desde el principio Gerard Tsobanian, segundo de a bordo del propietario del torneo, Ion Tiriac. Por eso, poco la importó que para culminar semejante trabajo, Jerez apenas dispusiera de 100 días. Tres largos meses en los que comió innumerables veces delante de los cuadros, en plena creación, porque no había tiempo que perder. Y en los que llegó a pintar con fiebre. Pero la recompensa merecía la pena: el Museo Thyssen acogería la presentación del torneo, en la que los cuadros de los ganadores estarían expuestos. Previamente, también pudieron contemplarse en la sede de Mutua Madrileña, en pleno Paseo de la Castellana.
La expectación que levanta la exposición es tal que a Tsobanian se le ocurre una idea para alimentar la fama de innovador del torneo (tras la de las top-model recogepelotas y la tierra batida tintada de azul): el artista pintaría en directo durante las finales. El acontecimiento terminó de ponerle en el mapa. Su aparición en TVE le abrió las puertas del mundo entero.
En The Knowmad Hub lo tienen claro. “Víctor Jerez es un caso de marca personal”. Como se refleja en las camisas que viste cuando pinta en directo es “el pintor de los deportistas”. Atrás quedaron los tiempos de los pinceles en la clandestinidad. El pasado verano, Jerez ya tuvo su espacio reservado en las fiestas de Sotogrande, donde ya es más que sobradamente conocido.
Charlas de motivación
Eso sí, nunca ha olvidado que su lugar está en el Puerto de Algeciras, donde sigue trabajando y es toda una celebridad. Igual que en su ciudad, cuyos colegios ha recorrido para dar charlas de motivación a niños y jóvenes, para enseñarles que si se tiene un sueño se puede conseguir con trabajo y esfuerzo. “Los chicos le ven como un héroe, pero uno real, no de los de capa y superpoderes. Y recibe muchos mensajes de gente que le agradece haber sido su motivación”.
Este viernes, Víctor Jerez volvía a pintar en directo en el torneo ATP de Ginebra. Y el lunes, de vuelta en el puerto. A soñar que pinta en toda una final del US Open… o en un Gran Premio de Fórmula 1… o en la final de la Champions League. “Estamos estudiando ampliar horizontes en deportes como motociclismo, automovilismo y fútbol. Víctor ya ha pintado a Marc Márquez y a Sebastian Vettel. Y parece que hay interés del otro lado pero, de momento, no hay nada concreto”. De momento…
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